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¿Cuántas veces no hemos pedido un remedio instantáneo, para las cosas que nos aquejan? ¿O al menos, que nos ayude a ver la vida de manera más positiva? Buenas noticias, sí existe, y se llama “sentimiento de gratitud”.

Por sentido común, podría creerse que esto se refiere a dar las gracias, y punto. Sin embargo, va más allá. Al contrario, de lo que se trata es de hacer consciencia sobre las innumerables bendiciones en nuestra vida. A veces, las cosas negativas nublan el panorama. Como resultado, nos abrumamos, porque nuestra propia mente nos juega en contra; pareciera como si los buenos momentos no existieran, pero es cuestión de balancear nuestra perspectiva.

Con pequeños hábitos diarios, podemos generar un estado de awareness y objetividad. Con el tiempo, esto mismo favorecerá a la salud mental, a la inteligencia emocional, así como a la productividad en distintos ámbitos de la vida.

Entrena estos 5 hábitos para integrar el sentimiento de gratitud a tu vida

1.  Acondiciona tu espacio

Lo primero es crear un entorno en donde reine la gratitud. La misma inercia de las actividades diarias nos hace perder la noción de la realidad; por eso a veces ni siquiera recordamos donde dejamos las llaves, o si respondimos aquel mensaje que nos mandaron en la mañana. Sucede de igual forma cuando se están creando hábitos. Entonces, lo importante es poner recordatorios por doquier: fondos de pantalla con frases positivas, notas en el coche que te recuerden que hoy fuiste otorgado un día nuevo de vida, etcétera. Al pasar de los días, verás cómo cada vez los necesitas menos.

2. Lleva un diario

Elige una libreta y pluma de tu gusto. Cada noche, haz memoria de tu día; piensa cómo fue, cómo te sentiste, así como las cosas buenas que te pasaron (aún si es un detalle mínimo). Especifica bien cómo y en dónde pasó, con quién, por qué, y la sensación generada en tu cuerpo. De esta manera enfocamos nuestra energía en el ámbito positivo del diario, a través de un auto-análisis emocional.

3. Inicia el día dando gracias

Olvídate de la mala manía de ver el celular en cuanto despiertas. Mejor, al abrir los ojos, respira profundo y agradece el regalo que se te da a diario (el más importante): la vida. Esto marcará una intención positiva, acompañando las siguientes 24 horas, con un pensamiento estable.

4. Sé consciente sobre el entorno

¿Cuántas veces no hemos salido a la calle y ni siquiera notamos cómo está el clima, o a la persona que pasó a nuestro lado? Cuando conectamos con la naturaleza, los animales, otras personas, la arquitectura, el arte callejero, o la simple sensación del aire en la piel, abrimos espacio para la nutrición indirecta del alma. Al experimentar todo esto, simplemente di “gracias”, porque eres parte del universo.

5. Escribe cartas

Pueden ser dirigidas de ti para ti, o a alguien más: un ser querido, colegas, amigos, familiares, o gente desconocida. Escribe una carta o nota, donde expreses tu sentimiento de gratitud; denota aquellos detalles a destacar de la persona, y deséale lo mejor.

Llenarnos el alma a través de estas prácticas, no solo beneficia nuestro estado emocional, sino que, como lo mencionamos antes, repercute de forma positiva en todos los aspectos de nuestra vida. Al inicio representará un esfuerzo, y paso a paso se volverán hábitos súper benéficos.

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