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Van algunos días del inicio de año, y pensé en hablar de mi perspectiva sobre las empresas altruistas. Si bien apoyo totalmente este tipo de organizaciones, quiero exponer el punto sobre la importancia de la congruencia. Este, por supuesto, es un artículo desde mi reflexión personal, y cómo creo que deban llevarse a cabo estos programas.

Muchas, o me atrevería a decir que la mayoría, de las empresas hoy en día cuentan con un programa de apoyo comunitario. Éste puede ser dirigido a diversas causas, y por supuesto, su aporte se ubica en un amplio rango, de mucho a elemental. Por supuesto, el trabajo entorno a este apoyo es de enorgullecerse, pero cuando no forma parte de la identidad de la empresa, pudiera parecer un tema de oportunismo.

Cinco reflexiones que considero importantes, para las empresas altruistas

Mostrar la mejor cara fuera, pero no dentro de la empresa

¿De qué sirve tener un gran programa altruista, si los miembros de la organización no son tratados como se debe? Sueldos injustos, prestaciones insuficientes, líneas de trabajo tóxicas, explotación laboral, poco espacio para balancear la vida personal y profesional… ¿Cuál es la diferencia de hacer una pero no la otra? Porque normalmente, la cara que se muestra a la luz pública es la “importante.

Apoyar una causa que la misma empresa provoca

Si la organización es de alimentos, por ejemplo, y hace campañas de donación para mejorar las condiciones laborales en el campo, pero en sus propios plantíos trata con negligencia a sus trabajadores, ¿acaso no es incongruente? Sabemos, que muchos problemas sociales no se alivian solo con dinero. Por el contrario, es fundamental fortalecer las líneas en el organigrama, de comunicación y logística, que propicien un ambiente laboral digno. ¿Por qué entonces no solucionamos el problema de raíz (cuando además somos parte del inconveniente), en vez de pararnos el cuello en las redes sociales?

Aceptación de errores, consecuencias altruistas

Es normal que las empresas caigan en errores. ¿Cuántas veces no nos hemos topado con anuncios racistas por “accidente”? ¿Qué tal los slogan que denotan misoginia? Por supuesto, todo este material es hecho por humanos, para humanos. En muchas ocasiones, verdaderamente es un error genuino, ¿pero qué haremos al respecto? Sencillo: Predicar con el ejemplo. Cuando se le señala a una organización que ha hecho mal, lo primero es admitir el error, lo segundo, contribuir a la causa. Sin embargo, en esta ocasión creo que no se debe hacer alarde al respecto. Lo importante es admitir el error, comprometernos de palabra con los afectados, y cumplir este compromiso. La difusión y escrutinio de las acciones tomadas, depende únicamente de los afectados, y no debe convertirse en un gancho de publicidad positiva para a empresa.

Crear una cultura de responsabilidad social

El área de Recursos Humanos puede ser el puente perfecto entre la fuerza de trabajo interna de la empresa, y el área de Responsabilidad Social de la misma. Cuando invitamos a que nuestros equipos se unan a estas acciones altruistas, les damos una oportunidad para sentirse bien individualmente, además de estrechar el sentido de pertenencia con la organización. Sin embargo, esto solo funciona cuando el ambiente laboral, del día a día, también es positivo. De no ser así, generará un descontento generalizado, por la incongruencia en las acciones; se puede percibir como un sentimiento de falsedad.

Coherencia en la vida personal y profesional

Si bien la vida personal de los miembros de la alta dirección, y los managers, no debe ser expuesta a la luz pública, en muchas ocasiones es bastante conocida. Existirá alguna situación donde la familia del o la jefa visiten la oficina, y que la gente perciba cómo es el ambiente en casa; qué pasa si la Directora es agresiva con sus hijos, y la empresa soporta la unificación familiar. También podría darse el caso en donde uno de los ejecutivos tenga demandas por acoso, por ejemplo, y la empresa promueve apoyo a las mujeres. El organigrama necesita alinearse con las políticas y valores de la empresa, así como las causas que soporta. De lo contrario, no sólo el proyecto de empresas altruistas se verá afectado, también podría atacar directamente al “core” o “columna vertebral” de la misma, poniendo en tela de juicios esos valores iniciales.

Estos cinco puntos me parecieron necesarios a resaltar, cuando hablamos de empresas altruistas. Así como los individuos debemos realizar estas acciones de manera congruente con su estilo de vida, las organizaciones deben hacer lo mismo.

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