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El liderazgo personal en una empresa sienta los precedentes para un correcto funcionamiento del equipo de trabajo

Hemos hablado del liderazgo como una habilidad necesaria para llevar el cumplimiento de objetivos, en medio de un entorno laboral saludable y altamente funcional. Sin embargo, ¿cómo es que éste se aplica en uno mismo?

Personalmente tenemos metas, ideales, sueños… Entonces, también tenemos que armar un plan de acción, estrategias medibles, e incrementar nuestro nivel de aprendizaje constante.

Esto debe aplicarse no sólo para el ámbito profesional, si no de igual forma en el personal. Por ejemplo, tal como podemos encaminar a nuestro equipo de trabajo a cumplir con las metas de venta del mes, dibujaremos nuestro propio camino para llegar a completar nuestros estudios en el lapso de un año, o comprar una casa propia en cinco.

Aunque todo esto suena ideal, hay un foco del cual no podemos quitar atención: la forma en la que nos hablamos. No hay crítico tan duro como nosotros mismos. Tampoco nos dirigimos con tanto respeto como lo haríamos con un empleado o colega. Este diálogo es peligroso, porque eventualmente llegamos a creer esas cosas negativas que nos decimos: “soy un tonto”, “no sirvo para esto”, “no sé cómo hacer las cosas”, “no soy tan bueno como él o ella”, “ni yo me aguanto”.

¿Te imaginas qué pasaría si le hicieras un comentario así a un tercero? ¿Entonces por qué hacerlo contigo mismo? Levántate el ánimo, cree en tu potencial y repítete todos los días que eres capaz de lograr lo que te propongas.

Liderazgo personal en una empresa, ser un ejemplo para el resto

Si te preguntas cómo reflejar esta actitud ante los demás, para que sirva de ejemplo, es necesario tomar en consideración las siguientes claves:

Consciencia

Cuando somos conscientes sobre nuestra visión de la vida, la razón de nuestros objetivos, así como las implicaciones del camino que decidimos tomar, tendremos más claras las necesidades para llevar a cabo nuestro plan de acción.

Objetividad

Debemos hacer un estudio a fondo de nuestra situación actual, cuáles son nuestros sentimientos, emociones, miedos, posibles obstáculos y virtudes. Sea un equipo o personalmente, esto nos ayudará a saber en dónde estamos parados y cómo vamos a actuar, así como lo que haremos en caso de encontrarnos con esos obstáculos.

Responsabilidad

¿Cuándo es nuestra culpa? ¿Cuándo es la de alguien más? ¿Cómo solucionaremos la situación? ¿A quién le corresponde desarrollar “x” tarea? Cuando dejamos de señalar al de enfrente y tomemos responsabilidad sobre nuestras decisiones, acciones y tareas, tomaremos el control de nuestra vida.

Proactividad

Dejemos de esperar al mañana, o moldear nuestros sueños de acuerdo al entorno. Ubica qué o quién te da energía e impulsa a ser mejor cada día. Recuerda lo siguiente: se puede estar a una decisión de alcanzar el éxito y quizás no nos hemos dado cuenta, por fijarnos en todo menos en nuestros hábitos diarios.

Entendimiento

Así como el diálogo interpersonal ayuda a conocer a otras personas, el diálogo intrapersonal hará que te conozcas a ti mismo. Al asimilar las emociones, sentimientos, eventualidades del día, nuestras reacciones y razones, actuaremos con inteligencia emocional. Por ende, obtendremos un mayor nivel de conciencia, que reafirmará la confianza en uno mismo.

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