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Recién terminé de leer un libro acerca de los hábitos de los líderes de alto desempeño, llamado High Performance Habits, y me pareció muy interesante el capitulo dedicado a la claridad.

El autor, Brendon Burchard, define como claridad lo que se puede, también, interpretar como propósito. La típica pregunta del millón, ¿cuál es mi propósito en la vida?, ¿quién quiero ser?, ¿qué quiero lograr?, ¿cuáles son mis fortalezas y debilidades?, ¿cuál es mi plan?

Definitivamente para ser un líder de alto desempeño esto debe estar muy claro, bien definido, comunicado y compartido.

Claridad: el éxito de Apple

Un ejemplo muy notorio es la historia de Steve Jobs, cuando regresa a Apple salvándola de la bancarrota e iniciando un ciclo de éxitos que define lo que hoy es Apple.

Para lograr esto, Jobs tenía muy claro lo que quería lograr y muy definidas sus estrategias. Las directrices clave fueron: pocos productos, diferentes de la competencia, innovadores, preciosos estéticamente y transformadores, porque cambiaron la vida de muchas personas y revolucionaron, o, mejor dicho, destruyeron varias industrias en el camino.

Apple es una de las empresas más valiosa y admiradas en el mundo. Claridad y enfoque le permitieron guiar y motivar un equipo para lograr resultados extraordinarios, repetidamente.

Esta es otra característica importante de los líderes de alto desempeño, su claridad y autoconfianza, les llevan a lograr resultados excelentes en el largo plazo.

No es la típica historia de alguien que, por azares del destino, o por circunstancias que no dependen de el, logra resultados excelentes que no se sostienen, y de inmediato desaparecen de la escena.

Hay varios casos de empresas que parecían predestinadas al éxito, pero fracasaron en muy poco tiempo. La empresa fracasa porque los lideres fracasan: estrategias equivocadas, de mercado, de producto, de precio, de personal, etc.

En mi vida pasada, cuando era director general de empresas del ramo automotriz, varias veces me tocó definir nuevas estrategias, planes de restructuración, turnaround, y definitivamente tener claridad en el rumbo a seguir, fue fundamental.

Todo empieza con la visión de negocio y de allí nacen los planes, las estrategias y la energía que se necesita para lograr esa visión.

Claridad profesional y personal

Si lo trasladamos a nuestra vida es lo mismo. Podemos definirlo como sueño en lugar de visión, pero es exactamente lo mismo. Debemos visualizar quién queremos ser, qué queremos lograr, cuál es nuestro plan y qué habilidades necesito.

Como decía Tom Peters, somos nuestra propia empresa y debemos actuar como tal. Seamos ejecutivos, empresarios y profesionales de nuestra propia marca personal, para vivir la vida plena que queremos vivir.

 

Claridad e inteligencia emocional

La claridad es el resultado de nuestras habilidades de inteligencia emocional. Inicia con nuestra autoestima, autoconsciencia, optimismo, asertividad y evaluación de la realidad.

Desarrollar inteligencia emocional es un proceso, una serie de hábitos, que se deben implementar para tener esta claridad.

La claridad nos hace eficientes, productivos y centrados en nuestros objetivos. Sabremos cuando decir no, a pesar de que pueda sonar interesante. La claridad nos guiará a ser un líder de alto desempeño en nuestra vida profesional y personal.

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