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El liderazgo no es tarea fácil, significa tomar decisiones difíciles, salir de tu zona de confort, caminando al filo de la navaja.

El liderazgo requiere arrojo. Muchos ostentan el título de líder, pero pocos son capaces de resistir las tormentas, mantenerse firmes en la lucha y llegar exitoso a la meta.

El verdadero liderazgo requiere hombres y mujeres que posean coraje, audacia, dureza, determinación en cada uno de sus pasos.

Estas son algunas de las cualidades que todo líder debe cultivar:

El VALOR para cambiar de dirección cuando las cosas van por el camino equivocado

Cuando algo no funciona, se necesita un líder que tenga el valor de ver la necesidad de cambio y reconocer los beneficios de ir en otra dirección.

Darse cuenta de los errores, asumirlos y tomar un nuevo rumbo es una de las marcas de los verdaderos líderes.

La AUDACIA para hacer frente a la realidad cuando los recursos se están agotando

Ser audaz es estar siempre mirando hacia delante. Cuando el dinero u otro recurso vital está disminuyendo debe existir la capacidad de reinventarse. Saliendo adelante ideando modos de adquirir nuevos recursos. Esto es posible creando nuevas estrategias en base a las condiciones del momento presente. Las excusas y justificaciones nunca avalan un fracaso.

Ser TENAZ en medio de las dificultades

Cuando te enfrentas a obstáculos, dificultades y complicaciones, necesitas ser el líder que dice: “Los tiempos son difíciles pero nosotros somos más duros”.

La DETERMINACIÓN para buscar nuevas oportunidades frente a la oposición

A la gente generalmente no le gusta el cambio, así que le toca al líder empujar más allá del status quo y hacer que las cosas sucedan. Es un trabajo que requiere tenacidad y espíritu. Los grandes líderes tienen éxito porque están determinados a alcanzar la meta.

La AUDACIA para decir “no” sin disculpas

Algunos líderes quieren decir sí a todo, pero cuando lo hacen, pierden la capacidad de establecer prioridades. Cada gran avance en el liderazgo proviene de alguien que encontró el descaro de decir simplemente “no”. Una frase completa, sin ninguna justificación, ni explicación, ni disculpa. Cuando haces uso juicioso de “no”, estableces las prioridades que te permiten decir un “sí” más grande a las ideas y la visión más atractivas.

Todo líder necesita valor, audacia, firmeza y determinación, como dice el dicho: “sin agallas no hay gloria”. Los grandes líderes no son siempre los que ganan, sino los que son más tenaces.

 

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